31-01-2006

Un estudio alerta de un deshielo masivo si sube la temperatura

El informe destaca los desastres en cadena que puede acarrear el cambio climático

WALTER OPPENHEIMER, Londres

Un deshielo masivo en Groenlandia, hambrunas en Rusia, desplazamientos masivos en África.... Los riesgos que comporta el cambio climático son en muchos aspectos mayores de lo que se creía, según un estudio elaborado por numerosos científicos y presentado ayer en Londres. El informe detalla los debates y aportaciones de más de 200 científicos de 30 países en la conferencia organizada en febrero pasado por la Oficina Meteorológica del Reino Unido para estudiar la manera de evitar los riesgos del cambio climático.

Aunque las cifras de calentamiento que manejan los científicos pueden parecer banales a ojos del profano, sus consecuencias pueden ser enormes. Por ejemplo, un aumento de un grado centígrado en la temperatura media del globo puede beneficiar a unas pocas regiones situadas en zonas altas pero perjudicaría a multitud de áreas a nivel del mar, aumentaría la acidez de las aguas, afectaría a toda la cadena alimentaria marina y destrozaría los arrecifes coralinos. En la actualidad el nivel del mar aumenta a razón de 1,8 centímetros cada 10 años y en 1.000 años podría haber aumentado siete metros.

Un incremento de 2,7 grados en las temperaturas locales -equivalente a 1,5 grados en el conjunto del globo- afectaría a la capa de hielo de Groenlandia y, si superara los tres grados, podría desestabilizar los hielos antárticos. El problema es que esos aumentos de temperatura se pueden producir antes de un siglo, de acuerdo con las proyecciones actuales, que auguran un incremento de la frecuencia y la virulencia de los fenómenos meteorológicos. Si la temperatura global aumentara en tres grados centígrados, mermarían las cosechas mundiales, se triplicarían las hambrunas

en Europa y Rusia, África viviría un desplazamiento a gran escala de su población debido al crecimiento de los desiertos, 2.800 millones de personas sufrirían problemas de falta de agua, desaparecería el 97% de los corales marinos, se extinguirían los osos polares y la malaria se extende-ría por África y América del Norte. Los científicos creen que existe la tecnología para frenar el cambio climático, como las energías renovables o el carbón limpio, pero admiten que su puesta en marcha a gran escala topa con enormes resistencias debido a cuestiones económicas, políticas y de costumbres.
Los científicos, que intentaban cuantificar los límites soportables del calentamiento de la tierra y las medidas que se deberían tomar para reducir o paliar ese problema, consideran muy difícil que se pueda cumplir el objetivo que se había fijado la Unión Europea de estabilizar las emisiones de CO2 en 450 partes por millón (ppm) para evitar que el cambio climático aumente en más de dos grados centígrados la temperatura de la tierra. En la actualidad la atmósfera contiene 380 ppm de dióxido de carbono y sir David King, jefe de los asesores científicos del Gobierno británico, estima que en 10 años se llegará a 440 ppm. "El objetivo de los 450 ppm, me temo, es imposible".